martes, 21 de abril de 2015

Después de unos meses, casi sin actividad, volvemos con COMENTÁNDOLA FELIZ y nada mejor que con un compendio de artículos del Sociológico y político Claudio Fermín, donde está reflejado la verdadera situación en la que vive el país

UN INMENSO VACÍO
Por Claudio Fermín 


El año 2014 Venezuela vivió un penoso retroceso. La conflictividad política fue extrema hasta el punto de medirse en heridos y muertos las derrotas y no en escaños perdidos o en propuestas legislativas negadas. La barbarie se hizo presente. Trabajadores manuales, especializados y profesionales comprobaron que sus salarios poco valen, mientras los consumidores no necesitaron cifra alguna del Banco Central para medir el desabastecimiento de alimentos, de medicinas, de repuestos para automóviles o de boletos aéreos. Se hizo patente que casi nada se produce en el país, ni jabón de lavar, ni aceite, tampoco leche. Con el agravante de empresas importadoras que perdieron crédito internacional por no contar con dólares para cumplir con sus obligaciones y, en consecuencia, el mercado no dispuso de los productos importados que suplían al desmantelado aparato productivo nacional. El barril de petróleo cerró la última semana de diciembre en 46 dólares. Triste final de una época en la que Venezuela redujo su producción de 3.500.000 barriles diarios en 1998 a 2.300.000 barriles hoy día. En nada se aprovechó la década del barril a cien dólares y, peor, se perdieron los clientes más importantes en aras de proveer crudo a aliados políticos del chavismo, unos que nada pagan por ese bien y otros que lo reciben como pago de deudas del gobierno. En vez de presentar un plan de reacción o de recuperación inmediata ante estas situaciones, las dos últimas alocuciones del Presidente Maduro nada aportan. En el saludo de fin de año a los militares se dedicó a amenazar e injuriar a los sectores críticos con sus acciones. Ni una pizca de conciliación. Ni un asomo de rectificación de los errores cometidos. Posiblemente alguien le aconsejó que debía lucir indoblegable o intransigente para impresionar a la tropa que hizo un plantón de horas y lo menos que oyó fue un mensaje navideño de paz y amor. Horas después, en publicitada cadena para la que había prometido importantes anuncios económicos, nada se le presentó al país. Hablo horas y nada dijo. Nombró decenas de comisiones. Más burocracia. Prácticamente designó un Gabinete paralelo. Creó otra Vicepresidencia adulando a los militares. Arremetió de nuevo contra sus críticos. Pero nada le quedó al país, salvo la sensación de un inmenso vacío.
 @claudioefermin

PORQUE LE DA LA GANA
Por Claudio Fermín


La Fiscalía inventó un delito, hasta más de uno. Un tribunal ha servido de comparsa y difiere audiencias, pone una y otra traba. Usan al Ejército como carceleros y les encargan tareas sucias, las de incomunicar al preso, maltratar a la esposa y a los hijos, golpear a quienes tratan de visitarlo.
Son instituciones públicas las involucradas. El aparataje informativo a la cabeza. Periodistas pagados con dineros del Estado, camarógrafos, locutores, técnicos de las plantas de TV del gobierno, relacionistas, todos dedicados a convencer al país sobre la culpabilidad del detenido que ha violado la Constitución y faltado a una veintena de leyes.
El montaje ha sido un esfuerzo de nueve meses de fingimiento. Y de repente, fiscales, jueces, esbirros, chupatintas y politiqueros artífices de esa mentira quedan en evidencia, desnudos en pelota ante todo el país, porque Maduro en un alarde de poderío confiesa que ese es su preso.
En jaquetón desafío al Presidente de los Estados Unidos de América le advierte que él puede disponer de ese preso cuando le dé la gana. Sólo haría falta que Obama le entregue a cambio otro reo, que nada tiene que ver con Venezuela pero el hombre se siente adalid de todo quien lo chulea y necesita roncar, aparentar fortaleza.
La Fiscal reenganchada en pago de unos cuantos expedientes cuidadosamente armados ha quedado como lo que todo el mundo sospecha que es. El tribunal de la causa nada dice. Mucho menos el otro tribunal que se las da de supremo. 
Todo ha quedado claro. A confesión de partes, relevo de pruebas. En Venezuela, con este gobierno arbitrario, va preso quien Maduro quiera, cuando él ordene y por el tiempo que se le antoje. No hay justicia sino venganzas a cargo de quien reparte los cargos de fiscales, jueces y magistrados.
Quienes hacen de diputados de la Asamblea Nacional voltean hacia otro lado, como si no fuese con ellos. 
por vergüenza o por obediencia a quienes les señalan el guión y los textos que suscriben.
Lo único que falta es que los siete de eso que llaman Sala Constitucional sentencien que comentar la fanfarronada de su jefe es inconstitucional.  

@claudioefermin                                               

CONSENTIDOS EN VENEZUELA, CONDENADOS EN PARÍS
Por Claudio Fermín
El asesinato de 12 periodistas y dibujantes en la sede del semanario parisino “Charlie Hebdo” ha sido objeto de un repudio universal. Casi 4 millones de manifestantes en París y otras ciudades francesas han rechazado el terrorismo y a los yihadistas, quienes como todos los sembradores de odio buscan la liquidación física de quienes no piensan como ellos.
Jefes de Estado, líderes políticos y religiosos, escritores y músicos de todas partes del mundo han levantado su voz y se han hecho presentes en las calles. Varios clérigos musulmanes han sostenido que estos criminales lesionan al Islam ante todos y para siempre, mucho más que cualquier caricatura u opinión escrita.
Dudo que esta  nauseabunda acción criminal haga retractarse a quienes promueven la extinción del contrario, creen en la violencia como recurso necesario y ven en cualquier promotor de la convivencia y de la paz un fofo incapaz de restearse por una causa.
Lo cierto, sin embargo, es que 12 muertos han conmovido el planeta en pocas horas.
Al mismo momento que este hecho sacudía Europa y el mundo, en el cementerio de Turmero se producía una balacera que dejaba 7 muertos y 5 heridos en medio del entierro de Willy Fajardo, de 29 años, quien había matado 5 personas pocas horas antes, en Año Nuevo.
No habían enterrado esos 7 que velaban a Fajardo cuando 8 jóvenes de la banda de José Antonio Tovar, “El Picure”, fueron masacrados en enfrentamiento con militares. Ya 20 facinerosos de esa banda que tiene azotados a comerciantes, ganaderos y agricultores del centro del país, habían sido asesinados hace pocas semanas en retaliación por la muerte de efectivos policiales y  militares.
Todo eso ocurre a cada rato en cualquier ciudad nuestra. De eso no se habla en Venezolana de Televisión, ni en la Asamblea Nacional ni en las abusivas cadenas de Maduro. Tampoco en el Noticiero de la Patria, cursi nombre de una cadena que varias veces al día se zampa en los tuétanos a los venezolanos.
El mismo día del ajusticiamiento de los malandros de “El Picure”, un empresario zuliano era abaleado en una arepera en El Vigía y una niña de 2 años de edad era asesinada en un robo en la ciudad de La Victoria. De disparo en la cabeza perdía la vida Anthony Escobar, de 23 años, en el barrio Brisas de Oriente en Carrizal y Henry Araque, promotor de Herbalife, era liquidado en la Avenida México de Caracas.
Hanser Serrano, vendedor de ropa en Guarenas, era muerto a tiros en la espalda y el cuello. Jesús Carrillo, de 24 años de edad, empezando la vida, era tiroteado en el barrio Milagro Sur en la Cañada de Urdaneta y en el mismo estado Zulia José Sierra, de 26 años, era muerto de balazo en la cabeza en la carretera Casigua a El Guayabo.
Esa es la crónica incompleta de los sucesos sangrientos de cualquier día en Venezuela. 25.000 homicidios en 2013. 26.000 en 2014.
Un país en el que quien hace de Presidente revela que él y su gobierno mantienen relaciones con 600 bandas para pedirles, “de pana”, que se incorporen pacíficamente a la sociedad. Chávez los llamaba sus “buenandros” y tachaba de oligarcas a quienes los tildaban de malandros o delincuentes.
Siguen armados hasta los dientes. Sicarios, traficantes de drogas, pranes, azotes de barrios y malandros de todo pelaje poseen más poder de fuego que las modestas policías municipales.
Cada día hay más cuerpos armados: el SEBIN, los de Inteligencia del Ejército, la Guardia del Pueblo, la Bolivariana, las policías de los Estados. A eso agreguen las milicias. Ahora hay más uniformes detrás de los cuales se resguardan criminales y truhanes de toda índole. Terroristas de distintas categorías se esconden detrás de la figura de los colectivos.
Todo eso pasa a diario en Venezuela, mientras el Presidente, de pasadita por China, Irán y Qatar, cumple con el protocolo diplomático solidarizándose con Francia y expresándole toda su “solidaridad y amor” por los muertos de “Charlie Hebdo”.


@claudioefermin
REPRIMEN PARA INHIBIR
Por Claudio Fermín
Antonio Ledezma ha sido detenido por el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional, conocido por sus siglas, SEBIN. Ese organismo, dedicado a perseguir y detener políticos, estudiantes y activistas que protestan contra la inseguridad y el alto costo de la vida, es la policía más ocupada del país.
Las otras policías ni se sienten. El tráfico de drogas ha aumentado en proporciones enormes. Venezuela es territorio de drogas. Pero ese asunto las policías no lo tocan ni con el pétalo de una rosa. Los jueces menos. Lo que no sabemos si es porque le tienen miedo a esas mafias o  es que están metidos en la pomada.
Los homicidios llegaron a 25.000 el año 2013 y el 2014 a 26.000. A la policía tampoco eso le llama la atención. Las bandas actúan a placer. Matan aquí, matan allá. No les pasa nada. Padres y madres van una y otra vez a la Fiscalía, hacen diligencias ante el CICPC, para saber si los asesinos de sus hijos fueron capturados y nada, la impunidad es total.
El tesoro público es saqueado. Multimillonarios de la farándula pesuvista se dan vida de jeques en el exterior. Una nueva clase de billonarios se pavonea por restaurantes y centros comerciales de acá, cuando les queda un tiempito después de sus andanzas por Europa y por el Norte. El adorno público más costoso son esas oficinas llamadas contralorías. Si se eliminan no pasa nada.
La soberanía nacional es pisoteada por la guerrilla colombiana que hace de las suyas en varios estados. Secuestran. Imponen pago de vacunas. Compran fincas a nombre de quienes les da la gana y construyen su propio aliviadero. Se pasean libremente por las calles. Bueno, hasta han tenido vara alta en Miraflores donde han almorzado tranquilamente con los jefes de turno.
Esos guerrilleros son acusados de crímenes horrendos en su país, pero aquí son héroes, panas de la clase gobernante y las policías y el ejército ni voltean a verlos.
Hay que preguntarle a gandoleros y camioneros que transitan por las carreteras venezolanas desde cuándo no los matraquean en las alcabalas. Pero eso tampoco le importa a policías, fiscales, diputados y jueces.
Lo que si los tiene muy ocupados es que haya políticos que denuncian la corrupción, que reclaman el abandono de los hospitales, que protestan por la inseguridad que ha decretado toque de queda en todo el territorio nacional. Políticos que gritan a voz en cuello que Maduro regala el petróleo venezolano a los cubanos, quienes lo revenden mientras aquí no hay para importar medicinas y repuestos para las maquinarias agrícolas.
Lo que si consideran un delito es que en manifestaciones públicas, a la luz del día, y por declaraciones de prensa, esos políticos claman por un cambio de gobierno porque el que tenemos es malo. Y plantean que sea lo más rápido posible porque la familia venezolana no soporta esta calamidad hasta 2019.
Por eso se habla públicamente de la renuncia de Maduro, de convocar un revocatorio o una Asamblea Nacional Constituyente. Ese debate no es gratuito. Es consecuencia de la desesperación de un pueblo que ve marcharse a centenares de miles de sus hijos porque aquí no tienen futuro. Ese debate es la respuesta cívica a la opresión y al desgobierno.
Pero ese debate no le gusta a los del pensamiento único. “Aquel a quien no le guste el gobierno, que se vaya”, así gritaban con furia activistas chavistas hace unos años. Hoy no deben estar tan furibundos porque su gobierno a quien proteste lo persigue y lo encarcelan.
Tienen a unos cuantos estudiantes tras las rejas y en los sótanos esos que llaman tumbas, donde no llega luz solar, donde no ven a nadie, ni saben si es de día o de noche. Torturas atrasadas las de los guardias nacionales que le caen a cascazos a las mujeres o les meten fusiles por el ano a los muchachos. Esta de las tumbas son torturas refinadas, ya puestas a prueba en Cuba.
También tienen a políticos presos. A Daniel Ceballos, a Leopoldo López. Ahora tienen a Antonio Ledezma. Dicen, o dejaron correr ellos mismos, que encerrarán a Julio Borges y a María Corina Machado, como si con eso el pueblo va a dejar de quejarse y a decir que este gobierno es una maravilla.
A Ledezma, hombre honorable y luchador de toda una vida, no lo callarán ni lo apaciguarán con agresiones, torturas y bajezas. Sólo muestran su verdadero rostro de esbirros. Suman una razón más para que el pueblo los repudie.
Los verdugos seguirán ordenando persecuciones, cárceles y torturas. Las policías mirarán para otro lado cuando pasen traficantes de drogas, corruptos, asesinos, y guerrilleros que han enlutado sus pueblos y saqueado a nuestros productores, pero pondrán tras las rejas a todo quien diga que Maduro no sirve, que este gobierno empobrece a Venezuela y que hay que luchar para cambiarlo.
Creen que con la indignación que estos escándalos generan el pueblo se va a encerrar en su propia rabia y le tirará la puerta en la cara a quienes busquen votos para cambiar la Asamblea Nacional muda y títere que ha permitido la destrucción de Venezuela. Nos encargaremos de que eso no ocurra, que la gente entienda que ese es el propósito de todos estos atropellos.


claudioefm@gmail.com

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