Vuelve la “oscurana” a Venezuela
Los
venezolanos, cuyo gobierno alardea de poseer las mayores reservas energéticas
del mundo, están condenados a pasar gran parte del tiempo a oscuras, luego que
el régimen bolivariano fracasara en atender las graves fallas en el sistema
eléctrico que amenazan con convertir el racionamiento en una práctica
recurrente.
El
retorno de la crisis eléctrica, que el mes pasado llevó al gobierno a decretar
nuevos esquemas de racionamiento y a recortar drásticamente los horarios de los
empleados públicos, se produce pese a que el régimen ha gastado miles de
millones de dólares para tratar de ampliar la generación de energía.
El
problema es que se dinero fue muy mal gastado.“Se compraron muchísimos equipos
para plantas de generación térmicas. Se compraron por lotes “Pero muchas de
ellas terminaron siendo equipos usados que fueron comprados como si fueran
nuevos, mientras que los otros que si eran nuevos, se compraron con
sobreprecio. Y lo que es peor, muchos de esos equipos llegaron al país sin que
hubieran proyectos para instalarlos”.
Eso
quiere decir que esas plantas –adquiridas a raíz de la crisis eléctrica del
2010 por inversiones que superaron los $6,000 millones– llegaron al país sin
que hubiese garantías de que iban a contar con el suministro de gas o de
combustibles para operarlos, o que iban a tener a los equipos necesarios para
poder transmitir esa generación de electricidad.
“El problema que estamos viendo hoy en día,
que llevó al gobierno a aplicar un severo esquema de racionamiento en el país,
es que las miniplantas térmicas que adquirieron han sido utilizadas
constantemente desde que se instalaron y no se les han hecho el debido
mantenimiento”.
Las
fallas comenzaron a presentarse en la medida en que Venezuela entraba en lo que
es una de las mayores crisis económicas de su historia, lo que ha dejado al
régimen sin suficientes dólares para importar equipos de remplazo.
La
generación disponible es muy inferior al consumo interno que registra el país,
incluso en medio de una severa crisis económica que mantiene al sector
industrial virtualmente paralizado y al comercial operando solo parcialmente.
En un
intento por contener la situación, el régimen de Nicolás Maduro ordenó la
implementación de un esquema de racionamiento eléctrico, que incluye la
suspensión del suministro por cuatro horas diarias en distintas ciudades del
país.
Todos los
ojos están ahora puestos sobre los niveles de agua de la represa hidroeléctrica
del Guri, la cual genera actualmente cerca del 40 por ciento de la electricidad
que se consume en el país.
Esos
niveles de la reserva en la represa han llegado a niveles muy bajo, ya que la
planta estuvo operando a una capacidad mayor a lo recomendado en la época de
sequía, lo que ahora obliga a las autoridades del sector eléctrico a manejarse
con una mayor prudencia.
Corpoelec
tiene cifradas sus esperanzas a que llueva más fuerte de lo habitual en la
venidera temporada de lluvias. Pero si esto no sucede, allí es cuando el país
podría a comenzar a ver problemas mucho más serios de suministro”.
“Venezuela tiene hoy la misma capacidad de
generación de energía que había cuando Hugo Chávez llegó al poder en 1998.
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