jueves, 9 de febrero de 2017

Y pa´ los viejitos na´ de sus Cestaticket, siguen esperando el bono de alimentación 

     
El presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro Moro, no quiere saber nada de los “viejitos”, esas personas que dedicaron gran parte de sus vidas al trabajo creador, no solo para formar a sus familias, sino para hacer grande y prospera a esta patria de libertadores y que hoy, en su mayoría, viven de la pensión que se ganaron con el sudor de su frente, y que a causa del modelo comunista implantado por Chávez y Maduro, no les alcanza, ni para comprar sus alimentos,  si es que se consiguen y mucho menos para las medicinas, indispensables para ellos en esta etapa de sus vidas.

   
El 30 de marzo de 2016 fue sancionada por la Asamblea Nacional la Ley de Bono para Alimentación y Medicinas a Pensionados y Jubilados y el 28 de abril del mismo año 2016 el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), a través de la sentencia N° 327, declaró la constitucionalidad de la mencionada ley, pero Nicolás Maduro no quiso, ni quiere saber nada de los adultos mayores por lo que ha violentado una vez más la constitución, al no dar cumplimiento a este instrumento legal, a pesar de que su bufete particular (TSJ), le dio el visto bueno.

   
El salario mínimo es aumentado e igual el bono de alimentación, para los trabajadores, no así sucede con los viejitos, que si bien es cierto que le equiparan la pensión con el salario mínimo, todos sabemos que en este país esa paga no alcanza para cubrir los gastos de alimentación, de una sola persona durante un mes, si le agregamos la necesidad de nuestros “abuelitos” de comprar sus medicamentos, se enreda más la cuestión, porque si compran, cuando consiguen las medicinas, se quedan sin comer, por lo que tienen que ir a los basureros en busca de un mendrugo de pan para saciar su hambre.
   
 
En días recientes la Federación Nacional de Jubilados y Pensionados fue al  Ministerio de Finanzas a entregar un documento donde señalaron: “No venimos a pedir limosnas, sólo que se cumplan nuestros derechos”, pero al presidente venezolano esos derechos le saben a casabe,  esto a él no le duele porque seguro que sus padres, abuelos y familiares de la tercera edad no lo necesitan, el los provee de buena “papa” y medicinas, vivan en Venezuela o en Colombia.

     
Lo más triste de todo es que en un país con la crisis humanitaria más grande de todo el universo, incluyendo los países en guerra, se gaste millones y millones de dólares en eventos como el “Suena Caracas”, la “Cumbre de los no alineados” en Margarita, donde vinieron a darse banquete representantes de muchos gobiernos, a costa del hambre de nuestros adultos mayores. No podemos olvidar tampoco la millonada de “billetes verdes” que está gastando el gobierno de Nicolás Maduro en la defensa de los sobrinos de su esposa, más conocidos como “narco sobrinos”, pero para los viejitos na´

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