sábado, 4 de marzo de 2017

El final de la dictadura se acerca y la carta democrática es crucial en este proceso para la democracia en Venezuela
Luis Almagro,  secretario de la Organización de Estados Americanos (OEA), ha mostrado su profunda preocupación por la violación de los Derechos Humanos en Venezuela, donde hay presos políticos y que día a día aumentan más y más, negándoles todos los derechos a la defensa, según lo establecen nuestras leyes, y además de manera sistemática  son torturados, tanto física como psicológicamente.
La dictadura de Maduro está violando el derecho más elemental de todo ciudadano: La vida. En este país, como dice una vieja canción ranchera “La vida no vale nada”, al menos para el régimen, la gente está muriendo a causa de la delincuencia desbocada que el gobierno no ha podido o no ha querido frenar, quién sabe con qué propósito, pero aún hay algo más aterrador, se están muriendo en los hospitales por falta de medicamentos e insumos médicos, el esfuerzo de los galenos es inmenso,  pero sin medicinas o reactivos nada pueden hacer, si cree amigo, amiga, que este espeluznante drama  termina aquí, no, la situación es mucho más grave, se está muriendo la gente por HAMBR, así en mayúscula, particularmente niños y personas de la tercera edad por desnutrición.
Ante la crisis humanitaria y la negativa del presidente Nicolás Maduro de realizar elecciones, es obvio que había que hacer algo y el mundo al fin se dio cuenta que lo que vive Venezuela es insólito, nunca visto en ninguna otra nación, ni siquiera en las que están en guerra, de allí que el “sistema interamericano no puede permanecer indiferente frente a la destrucción de una nación hermana” , señaló recientemente  Enrique Aristeguieta Gramcko. 
Todo esto nos lleva a la convicción de que es una necesidad histórica, no porque éste instrumento sea de hecho, el que nos libere de la dictadura en cosas de semanas, no, sabemos que solo, por ahora, Venezuela podría ser sus pendida de la Organización de Estados Americanos (OEA).
Si volteamos la cara al pasado reciente vemos como Almagro activó el proceso de la Carta Democrática al pasado 31 de mayo con un informe de 132 páginas sobre Venezuela en el que concluyó que en este país existe una “alteración del orden constitucional que afecta gravemente al orden democrático”. Pero eso no pasó de allí porque un grupo de países que se declararon en aquellos momentos “preocupados” por la crisis venezolana  (entre ellos EE.UU.) prefirieron optar por resoluciones conciliadoras para alentar los hasta ahora frustrados intentos de diálogo entre el Gobierno y la oposición  en el país suramericano.

Si miramos como el senado de EE.UU. unánimemente pide que la OEA aplique la Carta Democrática a Venezuela y añaden que la única salida “del régimen autoritario” de Maduro son “unas elecciones libres”. A esto se le agrega que  Donald Trump ha dado varios pasos significativos para aumentar la presión sobre el gobierno venezolano, asegurando que tiene “un gran problema con Venezuela”, un Gobierno “que lo está haciendo muy mal”, además el presidente de los Estados Unidos ha hablado por teléfono de la situación de Venezuela, por separado, con los presidentes de Perú, Colombia, Panamá, Argentina y de otras naciones del mundo, podemos concluir que El final de la dictadura se acerca y la carta democrática es crucial en este proceso para la democracia en Venezuela


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