jueves, 29 de agosto de 2013

El magnicidio es político y la victima Henrique Capriles


Lo del magnicidio es la excusa para un autogolpe

       
           Diosdado Cabello no quiso asumir la presidencia de la República por un mes, tal y como lo establece la Constitución en caso de la ausencia absoluta del Presidente, sabia el militar golpista que tenía dos escenarios importantes donde se presentaría que le servirían de trampolín para cumplir con sus aspiraciones de ser jefe absoluto del gobierno.
       
       Uno de ellos, que conociendo a Nicolás Maduro y creyendo ciegamente  que ganarían las elecciones con una campaña centrada en la imagen mitificada del extinto presidente Chávez, el sería el verdadero poder, tras el poder, pues Nicolás no tenía condiciones, ni política, ni militar, ni académica para llevar las riendas del país y tendría que caminar con las muletas que le brindara Cabello.
          El segundo era, que el fracaso de Maduro fuera tan contundente, como lo es, que pusiera en riesgo el mantenimiento de la revolución en el poder a través de elecciones como lo hizo el Presidente Chávez, y  esto último no lo podían aceptar, ni el alto mando militar ni el resto de los uniformados que ocupan cargos de gobernadores, ministros, embajadores, sin contar los que presuntamente están incursos en delitos de corrupción y tráfico de drogas.
  Tampoco lo aceptarían la Fiscal General de la Republica, los Magistrados del Tribunal Supremo de Justicia, la Contralora de la República, la Defensora del Pueblo, el CNE y los diputados “chavistas”, porque todos tienen mucho que perder por delitos cometidos en esos cargos.
   Allí surge la idea del magnicidio, nada nuevo en estas revoluciones,  los hermanos Castros y Chávez lo tuvieron como bandera para ganarse la voluntad del pueblo y/o justificar sus acciones antidemocráticas.
Diosdado sabe que “el magnicidio” es la única forma que tiene él  de tomar el poder, porque justificaría ante su gente una rebelión militar, de la que posee experiencia el presidente del parlamento y sacaría a Nicolás Maduro de la Presidencia, sin hacerle daño físico  alguno, pero “salvando” la revolución (por ahora) con su estela de corruptos e incapaces.
  La pregunta que ustedes se estarán haciendo es el porqué del magnicidio. No, es que no va a suceder ningún magnicidio, ya Diosdado señaló que va hacer con esta pantomima de querer asesinar al Presidente, por eso se reunió con el Alto Mando Político-Militar y aseguró que el Gobierno Nacional tendrá una postura firme a la hora de tomar decisiones frente a los planes magnicidas, descubiertos por los cuerpos de inteligencia venezolanos.
Sabe Cabello que la oposición tiene  la más alta probabilidad de vencer en las elecciones de alcaldes, las municipales, luego, obtendrá la mayoría en la Asamblea, la mayoría de las gobernaciones, y por último, alcanzará la presidencia de la República por la voluntad del pueblo que quiere y aspira vivir en un país mejor.
Esta verdad que todas las encuestas reconocen y que se palpa en la calle hizo que el parlamentario golpista expresara: "Ante estas cosas ya no puede haber perdón, ya no puede haber más dejar pasar, esperar a ver qué pasa". Le faltó decir, pero se lee claramente entre líneas “esperar a ver qué pasa en las elecciones, si todos sabemos los resultados, por eso hay que actuar rápidamente”.
   El plan está bien orquestado, la batuta la mueven desde Cuba, sabiendo a lo que se exponen, pero consciente que con Cabello seguirán bailándose  a la Patria de Bolívar; por eso Diosdado señala;  "Llámese como se llame, la persona, el cargo que tenga. A quien descubramos en actividades conspirativas va a ir a la cárcel y va a pagar lo que tenga que pagar porque la paz del país no puede ponerse en juego por el deseo de cuatro caprichosos".
  El verdadero magnicidio es político y lo van hacer contra Henrique Capriles; de un momento a otro hay un allanamiento a uno de los más cercanos colaboradores del gobernador de Miranda, donde le sembraran armas, drogas, explosivos, todo para suspender las garantías y asumir el poder temporalmente, porque, incluso, se presume que puede existir hasta un atentado fingido, con balas de salva, para tener la excusa perfecta y que los militares con Cabello al frente tomen el poder.

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